De mayor menor...

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Somos los que estamos, aunque no estamos todos los que somos:Papucho Mamukiña Vane Dani Las Nenas!!!

jueves, 28 de abril de 2011

Cuento: El niño glotón

 Había una vez un niño bastante glotón, que sólo comía dulces y golosinas. Un día, encontró en una tienda de antigüedades una vieja lupa que le gustó mucho, y sus padres se la regalaron. El niño se fue tan contento con su lupa, y en cuanto pudo, la utilizó para ver una pequeña hormiga.
Era estupendo, la hormiga se veía bien grande, pero lo increible fue que al dejar de mirar la hormiga a través de la lupa, no volvió a hacerse pequeña, y quedó del tamaño que la había visto. Muy sorprendido, el niño siguió experimentando, y comprobó que cualquier cosa que mirara a través de aquella lupa tan especial, se agrandaba y ya no volvía a su tamaño original.
Entonces al niño se le ocurrió cómo sacar la mayor ventaja a aquella lupa, y corrió a su casa. Allí tomó todas las golosinas, dulces y embutidos, las hizo gigantescas con ayuda de la lupa, y después se pegó un buen atracón hasta que ya no pudo comer más.
Pero a la mañana siguiente, se despertó totalmente morado y con un enorme dolor de panza, y cuando le vio el doctor comentó que se trataba del mayor empacho que había visto nunca. De la noche a la mañana, el niño se había puesto tan mal que durante mucho tiempo no quería oir hablar de grandes cantidades de comida. Así que sus papás estaban contentísimos: gracias a la glotonería del niño tenían la despensa repleta con lo que no pudo comerse, y además el niño dejó de ser un glotón que sólo comía golosinas y dulces, porque ya no quería saber nada de ellos.
Así fue como el niño glotón aprendió que hasta lo mejor del mundo, cuando es en exceso, termina siendo malo, y decidió guardar la lupa en una caja hasta que encontrara algo que de verdad mereciera la pena agrandar. ¿y tú? ¿para qué utilizarías tú la lupa?

Autor: Pedro Pablo Sacristán

miércoles, 27 de abril de 2011

Hermanitas queridas de mi vida, de mi alma, de mi corazón, seguro hay días que les gustaría que terminen rápido, que caiga la noche y que vuelva a salir el sol otra vez para hacer que los problemas se hagan humo. Todos hemos tenido de esos días/noches pero recuerden que pueden hacer un ejercicio: cierren los ojos, respiren profundo, varias veces hasta que traguen ese nudo incomodo en la garganta, y piensen que están en un lugar bello, de los tantos que conocen y que las angustias se alejan de ustedes cual auto que se pierde en el horizonte en una ruta o como un barquito que desaparece en el profundo mar, sea como sea en un momento no lo van a ver mas, ojo! no quiere decir que haya desaparecido, pero pero con el paso de las horas y con mas calma tal vez puedan pensar las cosas con mayor claridad, menos pesimismo y seguramente con mas esperanza... las amo.
                                   Vane

viernes, 22 de abril de 2011

Y la historia comienza...

Bueno, solo para poner un hito, ya que, todos por separado comenzamos en diferentes momentos a formar parte de esta pequeña aunque gran familia...
A grandes rasgos Mamá (estudiante de Bellas Artes en Córdoba) estaba resfriada, Papá (estudiante  de Medicina en Córdoba) por esas "casualidades" de la vida se apareció en su puerta, no por arte de magia sino que buscando a otra persona (historia aparte).
La cuestión es que medicamentos de por medio (revisión medica a domicilio) y un colchón de arvejas riquísimo..."Si ud. no esta ni comprometida ni casada ni nada, y yo no estoy, ni comprometido ni casado ni nada... porque no salimos al cine"...
Y después de mucho remarla con la Universidad y todo el tema del "un ratito mas" (Fredy corriendo las fechas) y del Ultimatum (de Esther)...
Cha chan cha chan...

 (Arriba:Tío Carlos, Tía Nora, Tío José, Mamá y Papá. Abajo: Nono Coco y Nona Celia)

PD: Si existe alguna objeción al respecto de mi corta historia pido por favor que se me corrija en el area de comentarios.